Leyenda de símbolos
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La situación paleogeográfica en el Triásico (250 Ma) sirve de referencia para el resto de imágenes. Las localidades de referencia son Zaragoza y Barcelona; se representa la línea de costa actual y en su situación restituida.
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El contexto tectónico es extensivo y esta porción de la Placa Ibérica ya está limitada al noroeste por el incipiente Océano Atlántico.
Durante el Cretácico inferior (130 Ma)
La mayor parte de esta área se hallaba sumergida, quedando el Macizo del Ebro como una isla en los límites entre el Atlántico y el Océano de Tetis.
Al inicio del Cretácico superior (100 Ma)
Empezó el acercamiento entre la Placa Ibérica y la Europea y la emersión prácticamente generalizada, que continuó durante el Paleoceno. El Golfo de Vizcaya ya está bien definido.
Hacia el final Cretácico superior
La flexión en la litosfera producida por la colisión, junto con un ascenso del nivel del mar, permitieron durante el Eoceno (55 a 37 Ma) la formación de un golfo del Atlántico en la Cuenca del Ebro.
Durante el Paleoceno y el Eoceno las dos placas colisionaron, y empieza el levantamiento de la codillera pirinaica
Como consecuencia, la Cuenca del Ebro se convirtió en un mar cerrado que se fue desecando progresivamente.
Los Pirineos continuaban su formación durante el Oligoceno (33 Ma), y poco a poco hicieron retroceder las aguas del Océano Atlántico
Córcega y Cerdeña se separan de la actual costa catalana y se abre el Mediterráneo occidental.
A finales del Oligoceno y durante el Mioceno (20 Ma)
La configuración del relieve era prácticamente como la actual.
En el Plioceno (5 Ma)